Tenemos que esforzarnos en aprender a tomarnos la vida con filosofía.

El modo en el que nos tomamos los hechos externos influye en nuestro bienestar, porque no podemos controlar buena parte de las cosas que nos suceden en nuestro día a día, sin embargo, sí podemos controlar el modo en el que nos enfrentamos a las cosas. Para ello, es preceptivo superar los miedos que nos atenazan y enfrentar la vida con lo mejor que tenemos: nuestra actitud.