Es verdad que muchas veces ante este mundo que gira tan deprisa y todas las responsabilidades que uno pueda tener, el estrés acaba jugando con nosotros a su antojo. Es necesario aprender a mantener la calma ante cualquier situación y para ello hay unos consejos útiles que pueden ser de gran ayuda:
- Conocer las reacciones propias ante el estrés.
- Determinar las causas.
- Aprender a relativizar, no dejarse llevar por pequeñas preocupaciones.
- No formular casos hipotéticos: No atormentarse por las posibilidades, por los “y si…”
- Aprender a respirar adecuadamente.
- Buscar compensaciones: Buscar apoyo en la familia o los amigos.
- Delegar responsabilidades.
- Limitar lo que uno puede abarcar.
- Mantenerse en forma.
- Valorar y asumir la situación: Cambiar lo que se pueda cambiar, aceptar lo que no.