Es el conjunto de síntomas psíquicos y emocionales producidos por un conflicto psicológico y que se han hecho crónicos. En las neurosis se conserva la capacidad de razonar coherentemente.
El término neurosis aparece por primera vez en el siglo XVIII para definir una serie de perturbaciones emocional causadas por el sistema nervioso. Más tarde, Freud, pensó que los conflictos psíquicos internos generan angustia, y que esa angustia y los mecanismos de defensa contra ella hacen aparecer los síntomas neuróticos.

Según otros criterios de clasificación de las alteraciones psíquicas se hace constar una clara contraposición entre las neurosis y las psicosis. Las psicosis son las auténticas enfermedades mentales, de causa orgánica (aunque en algunas no esté todavía descubierta), y que producen una alteración de la capacidad de juicio y raciocinio, de la percepción, y de la captación de la realidad. En las neurosis está presente la manifestación de síntomas psíquicos y emocionales molestos, penosos o entorpecedores de la normal actividad, pero sin que existan alteraciones importantes o significativas del pensamiento, de la percepción o del sentido de la realidad.
Para considerar a un sujeto neurótico es preciso que:
Los síntomas sean intensos y reaparezcan con frecuencia.
Se percate de que esos síntomas lo perturban y desee librarse de ellos.
El comportamiento inducido por sus síntomas no sea antisocial, aunque las manifestaciones de su neurosis, además de hacerle sufrir a él molesten a otras personas.
El trastorno no sea una reacción pasajera ante el estrés.
No proceda tampoco de una lesión o alteración funcional de base orgánica.
Las principales formas de neurosis son: fóbicas, de angustia, crisis de pánico, obsesivo-compulsivas, histéricas o de conversión, sotéricas (supersticiones), hipocondríacas y neurastenia.